Músicos y clientes habituales coinciden a la hora de señalar la excepcionalidad del Rvbicón cuando de música en vivo se trata. Adam Giles Levy, quien actuó la noche del pasado miércoles, lo expresaba así: «Me encanta tocar aquí por tres razones: la primera es que tienen pintas, lo cual me hace sentir como en casa; la segunda es el aroma a popcorn que lo inunda todo; pero es sobre todo el silencio mientras interpretas lo que hace de este sitio un lugar especial, porque se nota que la gente viene a escuchar y a ver lo que ofreces». Ciertamente, no todas las propuestas musicales exigen igual reverencia para ser plenamente disfrutadas, lo mismo que no todos los artistas son capaces de transitar con éxito sobre la línea que separa la diversión del aburrimiento. Adelantamos ya que no es el caso del británico, quien supo combinar inteligentemente canciones más tranquilas y delicadas con temas enérgicos hasta conseguir, hacia el final, que las cabezas ya no dejaran de moverse en característico balanceo y surgiesen en puntos diversos claquetillas de acompañamiento producidas por un público al que se había metido en el bolsillo.
Adam Giles Levy está de gira por todo el país presentando su último EP, Unravelled. En el Rvbicón se encargó de desgranar los temas que lo componen además de muchos otros de trabajos anteriores. También se permitió algunas versiones, entre las que merece la pena anotar «The Blower’s Daugther», de Damien Rice, y «Pride and Joy», de Stevie Ray Vaugham. Esto no son más que dos muestras que dan fe de la variedad de influencias que se pueden percibir en la propuesta de Levy. Preguntado por cómo definiría el estilo de música que hace, Levy se encoge de hombros y responde con un sencillo «hace tiempo que no lo tengo claro, aunque normalmente me etiquetan como folk-rock». Lo cierto es que, si bien los aires de su puesta en escena y su sonido no dejan de recordarnos al folk anglosajón más contemporáneo, al estilo del mencionado Damien Rice, de John Mayer, Dave Mathews o incluso Ben Harper, estamos ante un artista que rehúye las etiquetas, porque de lo que se trata es, «como se dice aquí en España, contar mis mierdas».
Para tratarse de un miércoles cualquiera, la asistencia de público no estuvo nada mal (unas setenta personas). Levy subió al escenario puntual, se colgó la guitarra e bautizó la velada con «Someone Else», una canción sencilla y delicada: un par de acordes arpegiados que acompañan a una voz cálida. Ideal para activar las sensibilidades del público. A partir de ahí, el espectáculo fue in crescendo, con temas más intensos, como «Mightier Than Your Stone», o la inquietante «Unravelled», que da título al EP y de la que, además puede verse videoclip. Después de hora y pico de actuación el artista se despedía, no sin antes atender a la enérgica e instantánea petición de bises (algo que no ocurre siempre, pese a lo que pueda parecer). El primer bis, «Burning Bridges» dio paso, como si se el artista se lo hubiese encontrado por el camino, a «Pride and Joy» para poner fin a un concierto de esos que, como este último tema, te encuentras por casualidad y que, una vez acabado, agradeces no haberte perdido.
Era la segunda vez que Adam Gilles Levy actuaba en el Rvbicón, y parece que no será la última. Para la próxima promete tocar el piano y, quizás, también traer algún acompañante, puede que la guitarrista de blues gallega Laura Solla, de la que habla maravillas y, añadimos, con razón, como puede verse a poco que se indague en la red. De Santander se dirige a Ponferrada, donde actuará el viernes; de allí a Madrid y luego de vuelta a Barcelona. Es lo que se dice carretera y manta, la vida de alguien que un día abandonó su carrera de abogado para dedicarse a la música a tiempo completo. «Ahora miro atrás y parece que todo aquello fue en otra vida», comenta.
