Carmen Quintana: «‘Felicidad’ es un homenaje a Santander y a mis abuelos»

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Carmen Quintana Cocolina (Santander, 1986) publicó su primera novela el pasado mes de noviembre. “Felicidad” (El Desvelo, 2017) es una entrañable historia familiar que se desarrolla en la ciudad de Santander. La novela muestra la realidad de muchos hogares de la posguerra, la dictadura y más tarde la democracia, y aborda de manera sencilla y sin tapujos temas tan complejos como la muerte o las distintas formas de afrontar la existencia.

La autora nos atiende desde Reikiavik, en un atípico formato de entrevista que no nos impide mantener una agradable conversación en torno a “Felicidad”, las diferencias culturales de Islandia respecto a España y las diversas facetas (doctoranda, profesora, periodista y escritora) en las que se reparte su vida profesional.

¿De dónde procede tu interés por la escritura? ¿Cuáles son tus influencias a la hora de escribir?

Para mí la escritura siempre ha sido una forma de escaparme a otro mundo y de expresar mis emociones. De pequeña me gustaba mucho imaginar historias y algunas de ellas las ponía por escrito, pero lo que más hacía era inventar, incluso sobre mí misma, viviendo vidas diferentes de las que tenía. Hoy en día cuando tengo una historia en la cabeza, me acompaña durante todo el día, aunque no esté escribiendo en ese momento. Puedo estar con amigos o en el supermercado, y de repente se me ocurren nuevas ideas que tienen relación o no con lo que estoy viviendo en ese instante. Esto me ocurre sobre todo cuando estoy escribiendo un texto largo como la novela “Felicidad”. Cuando me meto tanto en una historia que me lleva tiempo escribir es como si realmente estuviera viviendo esa historia y paso más tiempo en ese mundo que en la propia realidad.

En cuanto a las influencias, me gusta mucho leer y no tengo una referencia única o exclusiva. Hay muchos escritores que me influyen y me inspiran, tanto nacionales como extranjeros. Tengo escritores de cabecera como Carmen Martín Gaite, a quien leo y estudio, ya que mi doctorado se centra en su obra. Ella me ha influido mucho mientras escribía Felicidad y también otros escritores del siglo XX como Miguel Delibes, Sánchez Ferlosio, Carmen Laforet o Ana María Matute. En general me suelen inspirar los escritores que arriesgan un poco, que experimentan, que son originales como Jhumpa Lahiri, Nabokov, Orwell, Voltaire…

Felicidad” (El Desvelo, 2017) es tu primera novela y está protagonizada por tus abuelos, Cándido y Feli. ¿Qué te llevó a contar su historia?

Esta historia parte de una necesidad que tenía como escritora y como nieta de contar una historia que ha podido pasar en muchos hogares españoles durante el siglo XX.  Esta necesidad surgió a partir de que mis abuelos falleciesen y “Felicidad” es un homenaje a ellos. Se me ocurrió contar su historia de una forma novelada. Los protagonistas de la novela son Cándido y Feli, que se basan en cómo eran mis abuelos y no les he cambiado el nombre.

Durante mi infancia y juventud pasé mucho tiempo con ellos y los vi evolucionar, transitar por diferentes etapas de sus vidas, y por eso quería contar su historia, que de otra forma se hubiera perdido. El hecho de que, de otra forma, su historia se hubiera perdido es otro motivo por el que quería escribir esta novela ya que normalmente se escriben relatos sobre personas que lograron grandes hazañas o que vivieron grandes aventuras, que se opusieron al régimen franquista, que lo apoyaron o se exiliaron, pero en este caso eran dos personas con unas circunstancias personales difíciles que no podían hacer otra cosa más que trabajar y vivir una vida sencilla. La política les influyó pero ellos nunca se inmiscuyeron en ella, su objetivo fue sobrevivir y mantener a su familia.

La historia se desarrolla en el Santander de la posguerra, incluyendo algunos hitos como el incendio de 1941 y con una ambientación muy cuidada durante toda la narración. ¿Cómo ha sido el trabajo de documentación para el libro?

Ha sido bastante extenso. Estuve varios meses investigando sobre diferentes episodios que ocurrieron en Santander durante el siglo XX y que quería incluir en el libro. Mi idea era que cualquiera que tuviera relación con Santander fuera capaz de reconocer la ciudad, las costumbres y las tradiciones del lugar en sus páginas.

Carmen Quintana durante la presentación de "Felicidad" en la librería Estvdio
Carmen Quintana durante la presentación de «Felicidad» en la librería Estvdio

Para ello presté especial atención a los espacios, ya que para los personajes eran muy importantes y Santander casi podría considerarse como un personaje más. Para poder hablar de Santander me documenté sobre el incendio de 1941 u otros datos más prácticos como el funcionamiento de los tranvías y los trolebuses. También investigué sobre cómo era el boxeo en esa época, el sanatorio del doctor Madrazo, o sobre cuándo y por qué se construyeron las casas de la Renfe.

Para mí el trabajo de documentación es una de las partes más importantes a la hora de escribir una novela. Una vez que tienes esos datos, quizá haya que cambiar cosas que repercuten en la trama del relato pero creo que siempre es bueno tener en mente lo que pasó en la realidad cuando quieres contar una historia de ficción. En este caso específico, yo quería traer a la memoria ciertos detalles, costumbres y datos históricos de Santander que no se han escrito en otros trabajos de ficción. De esta manera, además de hacerle un homenaje a mis abuelos, también se lo hago a la ciudad.

En la primera parte del libro se recoge una frase de Cándido destacada también en la contraportada: ”Los golpes, las dificultades, lo que para ti es la cal, son necesarios porque cuando aparecen, que van a aparecer, nos obligan a aprender y debemos sentirnos agradecidos de que no nos destruyan, de que luego podamos disfrutar de la arena otra vez, de un día de sol” , ¿crees que, de algún modo, esta frase resume la enseñanza principal del libro?

Para mí es una de las enseñanzas principales de este libro, sí. Hay que intentar tener una actitud positiva ante las cosas que te puedan ocurrir y no controlas, tanto si son felices como si son tristes, aceptando la realidad como viene aunque no sea lo que tú desearías.

Esta frase forma parte de un diálogo entre Cándido y Feli que ocurre cuando se acaban de conocer. Este diálogo, que aparece en uno de los primeros capítulos de la novela, sienta las bases de cómo son las personalidades de los personajes principales a través de lo que dicen. Son dos personajes antagónicos en cuanto a sus ideales y a su actitud ante la vida. Cándido es una persona muy optimista, siempre intenta ver el lado positivo de las cosas. Sabe que en la vida pueden y van surgir problemas pero que hay que superarlos. Por eso habla de la cal, que siempre va a estar ahí, pero luego viene la arena, un día de sol. En cambio, a Feli le gustaría que todo en la vida fuera bueno y no entiende por qué tiene que haber momentos malos. Por ello cuando hay momentos malos ella se hunde y lo ve todo de una manera muy pesimista. Es cierto que les ocurren más tragedias de lo normal pero las formas de afrontarlas son muy diferentes por parte de ambos.

Has vivido en varios países y actualmente resides en Reikiavik, donde realizas un programa de doctorado en Literatura Española y Periodismo en la Universidad de Islandia, ¿qué significa para tu carrera formarte allí?

Me vine a Islandia hace dos años, donde vivo con mi familia. Estoy haciendo mi doctorado aquí en la Universidad de Islandia y también en la Universidad Complutense de Madrid. He tenido la posibilidad de hacer un programa de doble titulación en las dos universidades ya que en mi proyecto concurren dos disciplinas diferentes, la literatura española y el análisis de discurso desde el punto de vista de la comunicación.

Para mi carrera académica me interesa trabajar en estas dos disciplinas, sobre todo en el análisis de discurso porque tiene una perspectiva muy amplia. En él confluyen muchos campos de trabajo, muchas especialidades, y lo puedo aplicar tanto a la literatura como a la comunicación.

Islandia está considerado como el mejor país del mundo para ser mujer . ¿Qué diferencias notas respecto a España?

Estos rankings son muy relativos ya que no tienen en cuenta que cada país tiene su historia, su idiosincrasia, su cultura y, por tanto, es muy difícil compararlos. Lo que sí es cierto es que los islandeses han sabido crear una sociedad muy justa y respetuosa. Probablemente ha influido mucho el hecho de que hay un número de habitantes muy reducido, pues tienen menos población que Cantabria y viven en un territorio que es igual de grande que Andalucía y Murcia juntas. No obstante, también hay estereotipos y roles de género. El 85% de las mujeres islandesas trabaja fuera de casa, muchas más que en España, pero cuando tienen hijos siguen siendo ellas las que se quedan más tiempo al cuidado de estos. Falta aún mucho por hacer, pero la mayor diferencia que encuentro con España es que aquí tanto los hombres como las mujeres son feministas y por eso es más fácil establecer políticas que aseguren la igualdad como, por ejemplo, la nueva ley para terminar con la brecha salarial de género que se ha aprobado recientemente en el Parlamento islandés.

Hay que tener en cuenta también que son sociedades muy diferentes, en Islandia el poder siempre ha estado más repartido entre hombres y mujeres que en España. En su historia, los islandeses han vivido tradicionalmente en la pobreza y en condiciones muy duras: los hombres eran pescadores, salían al mar durante meses mientras las mujeres se quedaban a cargo de todo en tierra, por lo que ellas desde el principio han tenido un rol muy importante y de mucho poder en la comunidad.

¿Y en la cultura?

Están muy interesados en la literatura y de hecho uno de cada diez islandeses escribe o escribirá un libro durante su vida. Hay muchísimas librerías en Reikiavik y la gente está acostumbrada a leer, también por la influencia del clima. Tradicionalmente la gente leía en familia, por ejemplo, en Nochebuena se regalaban libros y al día siguiente, en Navidad, se pasaban el día leyendo en casa.

Aparte de la literatura, la religión también les ha influido en su manera de ser. Son protestantes y su creencia es que hay que trabajar mucho durante la vida y no esperar nada después.

Tu escritura presenta varias facetas, como profesora, doctoranda, escritora y periodista: académica, literaria, periodística, ¿cómo conviven esas cuatro facetas? ¿cuál te gusta más?

Todas estas facetas son complementarias, unas se nutren de otras. En mi proyecto de tesis, me beneficio muchas veces de lo que voy aprendiendo como escritora, y lo que puedo aplicar al análisis de la obra de Carmen Martín Gaite. Cuando escribo, necesito conocer las técnicas de escritura, y me ayuda mucho mi trabajo como doctoranda porque estoy investigando en el campo de la literatura y del análisis del discurso. Mi trabajo como profesora de escritura creativa me sirve para mis propios textos ya que desarrollo la crítica literaria. Mi faceta como profesora también se nutre muchas veces de lo que voy aprendiendo en mi trabajo de investigación y como escritora, porque desarrollo el ojo crítico en mí misma y lo puedo aplicar a mis alumnos. La base de mi trabajo como periodista es también la escritura, y creo que es otra forma más de complementar mi formación como escritora. Además, en el periodismo se trabaja de una manera muy diferente a cuando estás escribiendo ficción, estás sujeto a unos tiempos y eso me ayuda a desarrollar mi creatividad en unas circunstancias distintas.

Disfruto mucho de estas cuatro facetas de mi profesión y no lo cambiaría por nada porque es una pasión y no hay nada como poder trabajar en lo que te gusta. Si tuviera que elegir una probablemente me quedaría con mi trabajo como escritora porque es el que aúna a los cuatro. La escritura siempre ha sido parte de mí y las otras facetas las he ido desarrollando con el tiempo.

En 2016 obtuviste el accésit del Premio José Hierro y en 2017 publicaste tu primera novela, ¿qué esperas de 2018? ¿tienes algún proyecto literario en marcha o en mente para el futuro?

En este 2018 estoy totalmente enfocada al doctorado. Estoy en mi segundo año y creo que es importante dedicarle el tiempo necesario para sacar adelante un proyecto de calidad y que no se alargue demasiado. He estado compaginándolo con mi trabajo como profesora de escritura creativa en la Escuela de Escritores de Madrid y también escribiendo artículos para Eldiario.es de Cantabria, pero quiero centrarme en terminar la tesis para poder dedicarme más a mis proyectos literarios.

En cuanto a mi trabajo como escritora, seguiré escribiendo relatos en este tiempo. Tengo varias ideas también para una nueva novela, pero el momento de sentarme a escribir será más adelante.

Carmen Quintana Cocolina, autora de "Felicidad".
Carmen Quintana Cocolina, autora de «Felicidad».

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