El conjunto de fotografías que se presenta a continuación aborda el tema de la España vacía o, siendo más precisos, la España vaciada. A pesar de que el proceso de abandono de las comunidades y pueblos del interior viene de lejos, la cuestión goza de cierta actualidad, especialmente desde que viera la luz el laureado ensayo La España vacía (Turner Noema, 2016), del periodista Sergio del Molino. En efecto, paisaje y paisanaje rural padecen una suerte de esclerosis degenerativa que, poco a poco, va cercenando el horizonte de expectativas de quienes, por razones distintas, se plantean la posibilidad de vivir en el entorno (y de las labores) legadas por sus padres y abuelos.
Las imágenes que siguen conforman un fotoensayo breve que no trata más que anotar algunos de los elementos que concurren en el problema mencionado. Así, el observador puede topar con espacios amplios y vacíos, lo mismo que con espacios gobernados por objetos sin orden. También con la escenificación no preparada de una de las máximas recurrentes en el diálogo de la aldea: “esta es una vida muy esclava”; o el gran reto del envejecimiento, agravado por la falta de relevo generacional, el cual, cuando por fortuna ocurre, lo hace de la mano de la inmigración. Y es entonces cuando hay más luz y quizás esperanza y juego, una salida hacia un vasto campo de posibilidades por explorar.
Díptico I
Díptico II
Díptico III
Nota. Este trabajo fue expuesto en el Centro Nacional de Fotografía Manuel Rotella, en Torrelavega (Cantabria), entre el 5 de abril y el 5 de mayo de 2019, en el marco de la muestra colectiva Fifty Fifty, comisariada por Jesús Alberto Pérez Castaños.
Nota 2. Además del citado ensayo de Sergio del Molino, una buena introducción general al tema puede leerse en «La literatura de la España vacía», artículo escrito por Julio Llamazares en El País. [Enlace al artículo]