No quiero agitarme, no quiero ponerme nervioso, solo quiero ir más rápido: hacer que mi cabeza huya a toda velocidad lejos de mi cuerpo, libre, ligera, saltar dentro de un
Enrique Loriente Escallada (Santander, 1933-2000) dedicó buena parte de su vida a recorrer los paisajes de su tierra, Cantabria, pasando por ríos y bosques, valles y prados, desde la costa
Desde cierto punto de vista, se los podía considerar parecidos. Los dos tenían veintitrés años, y eran altos, fuertes y de tez morena. También cabría contar entre las semejanzas el
«Pues bien, lo repito; en vez de censurar éstas que alguno podría llamar debilidades, hay que aplaudirlas y estimularlas. Vanidad, si así quiere llamarse a este deseo, el embellecimiento de
Al principio lo único que podía hacer era mirar los edificios; las puertas metálicas; la construcción de los ascensores que parecían fabricados con cartón mojado; las fisuras infranqueables en las
«A los dieciséis años, yo juzgaba a mis padres que vivían todo el tiempo con miedo de que algo pudiera torcer la carrera profesional de papá. Pensaba que eran unos
Según la «ley de Sturgeon» el 90% de los artículos que se publican es una basura. En septiembre de 1953 tuvo lugar en Filadelfia la XI Convención Mundial de Ciencia
Mira, a tus pies tienes la ciudad: tan bonita, tan callada, tan verdad. Tan silente, tan ausente, y, siempre, ese tono maternal. Mira, escúchala callar. Las luces reflejadas
«Aquel día me intranquilizaba más que Bormann pudiera presentar a Hitler, con unas cuantas observaciones bien enfocadas, un artículo aparecido en el Observer inglés del 9 de abril de 1944