Siempre le había encandilado el despertar de la ciudad en domingo, los restos deslavazados del sábado, como ascuas que chisporrotean sin gana, la luz rosácea que intenta sumir las calles
Pocas cosas han cambiado. Por alusiones diré que el sabor férreo de la culpa se repite a determinadas horas, entregado a empapar lengua y memoria. Es el mismo sabor
Madrid es una
Las hogueras del campamento cartaginés dibujaban columnas de humo en el cielo de principios de agosto. En torno al fuego, la algarabía de los soldados se transformaba en una mezcla
Tú y yo nos quitamos la ropa. En el tocadiscos, Diego Vasallo raspa palabras de Roger Wolfe; al mismo tiempo, en la ciudad agoniza el verano: los gatos, con flexura
Ha brotado la mañana en un tono gris sepulcral y le ha puesto voz nuestro silencio huérfano. En la calle encuentro charcos y rabia; habrá barro, pero no jugarán los