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Derry Girls o cómo hacer comedia de la violenta cotidianidad

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La sitcom, o comedia de situación, es un género ampliamente explotado con una fórmula que funciona bien: capítulos cortos, personajes carismáticos y un contexto de lo cotidiano en el que todos nos podemos ver reflejados. Pero si en lugar usar una oficina, un apartamento, un bar o una escuela como telones de fondo sobre los que guionizar situaciones hilarantes nos encontrásemos una ciudad sumida en el terrorismo, ¿se podría hacer comedia de ello? Derry Girls (2018-2022) nos demuestra que sí, que se puede. Que, en muchos casos, es hasta necesario.

Un grupo de cuatro amigas norirlandesas y el primo británico de una de ellas viven su adolescencia en el Derry de los años 90, cuando las bombas de los republicanos católicos (IRA e INLA) y los unionistas protestantes (UVF, UDA y LVF) asolaban una región, el Ulster, dividida por muros, religiones, ideologías, miedos, heridas y rencores. La serie no nos sume en el pesar al que nos tienen acostumbradas otras producciones más solemnes, fechadas en el mismo tiempo y lugar, como Omagh, En el nombre del padre o Belfast. Derry Girls, en cambio, nos permite reír con las ocurrencias de Erin, Michelle, Clare, Orla, James, sus familias y sus compañeras de clase, dejando que nos encariñemos con unos personajes que rozan el histrionismo sin llegar a irritar. Y así, tras quince minutos de capítulo, nos encontramos riendo a carcajadas porque los padres de estas adolescentes han llegado tarde a una reunión con la directora del colegio católico con la excusa de que un aviso de bomba ha bloqueado el puente (1×01 Episode 1).

Esta serie -escrita por Lisa McGee y emitida en Channel 4– hace muchas cosas bien. Quizá la más importante es la que queda más opacada: muestra los Troubles con la naturalidad de lo cotidiano. Recordemos que este conflicto duró treinta años en los que murieron más de 3.500 personas, y en los años 90 Derry aún tenía en la memoria aquel Bloody Sunday que acabó con la vida de catorce civiles y que U2 se encargó de recordar al mundo una década después: “I can’t believe the news today”.

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Derry Girls (2018-2022) | Channel 4

La serie está plagada de bromas que referencian el conflicto, pero nunca se vuelve el protagonista de sus capítulos. Es un murmullo airado del abuelo, una radio de fondo, una televisión hablando, un chiste de Orla o un comentario sarcástico de la Hermana Michael los que nos recuerdan, de vez en cuando, dónde estamos realmente. Los guionistas deciden mantener esa norma en casi todos los capítulos, porque la verdadera protagonista es la amistad, no las bombas. Sin embargo, a veces la serie se permite empapar toda la trama del peso político de los Troubles, especialmente en los capítulos finales. Y es precisamente en el último capítulo de la última temporada cuando nosotros, como espectadores, nos damos cuenta de que estos personajes peculiares a los que ya hemos cogido cariño sí son conscientes de la gravedad de lo que están viviendo.

Erin se acerca a su abuelo, intercambian unas palabras de preocupación. “What if we vote ‘yes’, and it doesn’t even work?” («¿Y si votamos «sí», y aún así no funciona?») manifiesta ella, joven, preocupada, casi adulta, más madura de lo que la hemos visto a lo largo de 19 capítulos. Es cuando entendemos que el telón de fondo que veíamos ha ido cambiando, transformándose en tres temporadas con hechos como la visita de Bill Clinton a la ciudad (2×06 The President) o las terribles noticias que la familia Quinn observa conmocionada en el televisor mientras Orla y el resto bailan en el concurso de talentos del colegio (1×06 Episode 6). Mientras nos reíamos y emocionábamos con el día a día de las chicas de Derry, se construía una paz edificada sobre el pacto democrático.

El Acuerdo de Viernes Santo (10 de abril de 1998) fue el documento con el que culminaron las lentas y tensas negociaciones entre el Norte y el Sur de Irlanda, con implicación del gobierno británico y la mediación norteamericana. No era el primer intento de firmar una paz pactada. Ni el segundo. Ni el tercero. Pero la determinación de los primeros ministros Tony Blair (británico) y Bertie Ahern (irlandés), la mediación del ex-senador George Mitchell y la predisposición de John Hume (laborista), Gerry Adams (Sinn Féin) y David Trimble (unionista) propiciaron este último y exitoso acuerdo.

“And what if it does? What if no-one else has to die? What if all this becomes a ghost story you’ll tell your wains one day?” («¿Y qué si lo hace? ¿Qué si nadie más tiene que morir? ¿Qué si todo esto se convierte en una historia de fantasmas que contarás a tus hijos algún día?») responde el abuelo, un irlandés católico, malhumorado y orgulloso de su identidad. Y Erin, llorosa y pensativa, se gira para observar a su gente vestida de gala, bailando en la fiesta de su cumpleaños (3×07 The Agreement). La primera vez que pueden votar, con dieciocho años, y la decisión más importante del siglo XX para Irlanda del Norte en sus manos. Y votan todas: Erin, Michelle, Clare, Orla e incluso James. Varias equis dibujándose a lápiz en el recuadro del Yes. Palpamos el peso de la decisión correcta, el al Acuerdo, el a la paz, ratificada por el 71% y el 94% del electorado del Ulster y la República de Irlanda respectivamente. Porque la paz, como ha ido dejando entrever la serie, es siempre la respuesta correcta.

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Derry Girls (2018-2022) | Channel 4

Derry Girls, que comenzó con tres personajes cubriendo con grafiti el “London” del cartel “Welcome to Londonderry” y con las miradas asqueadas de esas amigas al tener que aguantar al primo inglés, termina con cuatro chicas y un chico de acento extraño abrazados saliendo del Polling Station, caminando juntos hacia un futuro que desconocen pero al que están a punto de entrar. Y nos imaginamos que eso debieron de sentir los adolescentes del Ulster aquel año de 1998. La esperanza de un futuro donde el miedo, la culpa y el odio tenían cada vez menos espacio en un territorio que había dicho en las urnas que no quería seguir viviendo así. Que merecía algo mejor. Así, Derry Girls nos muestra que el humor está en lo cotidiano, incluso aunque en lo cotidiano exista la violencia, y que un grupo de amigas, juntas, pueden ser felices en casi cualquier contexto.

1 comentario

  1. «hasta necesario»… «conscientes del a gravedad»… «un futuro que desconocen» (pero con ganas de construirlo)… me encantó al serie, pero tu comentario me la ha puesto en la balda de más arriba… y es un canto a la mujer en su adolescencia regeneradora!!!

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