Estaca de Bares

//

 

Existe una brecha que separa el Atlántico del declive.
No la conocen, pero existe,
como también existen vientos de más de 200 kilómetros por hora. El mar y la tierra están cambiando.
Ahora los molinos no aguantan estas ráfagas y se doblan.
Cuando me jubile, este faro quedará deshabitado.
Entonces no sé qué haré y me jubilo en quince días.

Tal vez baje hacia el sur, hacia Vigo o Portugal. Soy uno de los últimos fareros que quedan. Dime si eso no es poético.

Por las noches cuando hay tormentas,
el viento se cuela por dentro de esas rendijas. ¿Las ves?

Empieza a ulular y parecen gigantes gritando. Paso demasiado tiempo solo.
A veces me hacen visitas.
La última fue una pareja.

Se sonreían y contemplaban mi casa con admiración.
Me dijeron que habían atropellado a un ciervo.
Abrieron el maletero del Golf y sobre una lona de plástico vi sus ojos blancos. Debía de ser joven.
Los ciervos se entregan con facilidad.
No es una bestia.
Conocen su destino y conocen de lo que nos alimentamos.
En realidad, siento lástima.
Creo que quieren construir un hotel.
¿Quién va a querer dormir aquí?
Esto no es turístico.
Está alejado de todo.

Poca gente puede soportarlo.

Ahora, vía satélite,
controlamos a los barcos que se acercan
porque aún siguen siendo peligrosas esas rocas.
Dos mil años de peligro.
Dos mil años de náufragos
evitados por esta luz
que proyecta una vía diáfana en el terror de la noche.

Poema de Alejandro Rebollo Roldán.
Fotografía de Javier Arias.

23 de Septiembre de 1990. Actualmente fotografo aficionado y poeta en diversas revistas y antologías. Estudiante del último curso del grado en lengua y literatura españolas en la UNED.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Ver más

  • Responsable: Amberes Revista Cultural.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Dinahosting que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Historia anterior

El evangelio flamígero de Val del Omar

Siguiente historia

El festín

Lo último de

El primer paso

Pocas épocas habrán aglutinado tantos enemigos para el profesor comprendido como acompañante y guía de los