«No hay duda, la realidad es ésta: si alguien riñe con toda clase de vicios y se lanza por el camino de una vida recta, lo primero que se encuentra es la reacción del odio ante su moralidad ejemplar: ¿quién puede dar por buenos unos principios opuestos a los suyos? Además, los que tan sólo se ocupan de amontonar riquezas no quieren que a los ojos de los hombres haya nada superior a lo que ellos detentan. Eso los lleva a atacar por todos los medios posibles a los cultivadores de las letras, pretendiendo demostrar que también los literatos están a merced de su dinero.»
«El Satiricón» (Gredos, 2010), Petronio