Cuento de Navidad (A Christmas Carol, 1843), de Charles Dickens, es una de las obras más leídas en fechas navideñas. La historia nos muestra la evolución de Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y misántropo, tras ser visitado por tres espíritus navideños. Cada espíritu le muestra unas Navidades (pasadas, presentes y futuras) y le hacen darse cuenta de que su mal comportamiento con trabajadores, familiares y vecinos no le benefician en absoluto: todos serían más felices si él desapareciera. Tras estas desagradables visitas decide que está a tiempo de cambiar y comienza a ayudar a quienes le rodean. Esta redención se produce la víspera de Navidad, momento idóneo para que el nuevo Ebenezer Scrooge disfrute de las fiestas con los suyos.
Cada año, distintas editoriales publican nuevos ejemplares de este clásico a través de cuidadas ediciones. También son muchas las versiones y referencias que se encuentran sobre la obra a lo largo de los años, desde largometrajes más fieles al texto original hasta parodias o referencias puntuales en series televisivas. Pero, sin duda, una de las mejores y más entrañables versiones de esta historia la constituye la película protagonizada por Gustavo, Gonzo, Peggy y compañía.
Los Teleñecos en Cuento de Navidad (The Muppet Christmas Carol) se estrenó en 1992 bajo la dirección Brian Henson, hijo de Jim Henson, creador de Los Teleñecos. Brian tomó las riendas del universo creado por su padre tras la muerte de éste en 1990 a causa de una neumonía. Aunque habían trabajado juntos en distintas ocasiones, Brian Henson se estrenaría como director con la adaptación de este clásico navideño.
La película está narrada por Gonzo, que interpreta al mismísimo Dickens, y Rizzo, su cómico y torpe compañero. Esta pintoresca pareja de extraña ave y rata nos acompaña por las calles de un Londres victoriano cubierto por un manto de nieve, con coros cantando villancicos y adornos navideños que contribuyen al ambiente idílico tan propio de estas fiestas. Estos dos personajes presentan los distintos escenarios de la obra y a los protagonistas de la misma, creando situaciones hilarantes y realizando las aclaraciones pertinentes al espectador como buenos narradores omniscientes.
La adaptación respeta siempre el clásico de Dickens, pero incorpora diálogos y situaciones ingeniosas y divertidas, algo común en las historias de Los Teleñecos. De hecho, esta obra navideña cuenta también con una atmósfera oscura y escenas escalofriantes que quedan atenuadas por las apreciadas marionetas, todo lo cual lleva al cálido y optimista final tras la transformación del protagonista. El filme se encuentra cargado de canciones con melodías y coreografías pegadizas que suavizan algunos de los momentos más tétricos de la narración.
Cabe destacar la impecable actuación de un maravilloso Michael Caine interpretando al avaro Ebenezer Scrooge rodeado de marionetas. El actor inglés interactúa con Los Teleñecos como si fueran seres humanos -algo para nada sencillo- y contrapone la frialdad y severidad de su personaje con los bondadosos y divertidos muñecos. Al final, como dicta la obra, su rostro severo se transforma en el de un hombre risueño que incluso canta y acompaña a los teleñecos en sus números musicales.
Con menos de hora y media de duración, Los Teleñecos en Cuento de Navidad proporciona al espectador las claves para entender la obra de Dickens y se convierte en un clásico navideño en sí mismo. Esta película es apta para niños y mayores: todos pueden disfrutar de una obra cargada de optimismo, ideal para fechas navideñas, y si a alguien no le gusta… ¡PAPARRUCHAS!