Observo a las personas
tras la fortaleza discreta
del silencio.
Las contemplo
en los lapsus,
cuando se dejan ser.
Y se quitan el abrigo
de su invierno.
Dejan escapar
haces de despistada
naturalidad
que ilumina
mis tinieblas.
Me salpica
la sencillez
desnuda
de su verdad
más llena.
Me siento privilegiada espectadora
de galerías de arte
cambiantes,
e inmensas.
Asoma
una tímida tristeza
cuando pienso
en la pobre imagen que a cambio
les devuelvo.
Poema de Almudena Campuzano Jiménez.
Ilustración: «La Dona Iceberg», de Paula Bonet.