Nos faltó un 12 de agosto
una noche de perseidas
un abrazo frente a la tumba de mi padre
Nos faltó un ramillete de solidago
escondido entre el tumulto
de la llovizna
Nos faltó el límite de la piel
para poder añorar
la continuidad del encuentro
Nos faltó imprudencia
instinto
la esfera que deja la salvia acurrucada en mitad del silencio
Nos faltó esta paloma torcaz
que ahora
recurrente
con su cuello blanco
me recuerda el futuro
Nos faltó soledad
para darnos cuenta
del verdadero dolor que provoca la ausencia
Nos faltaron espinas en la lengua
para descubrir que la ternura
solo es el deseo en calma
Nos faltaron silencios contenidos
suspiros elevados
y el sustrato que asegurase la certeza persistente
Nos faltó el espacio que se satura de costumbre
el cimiento sobre el barro
la valentía descarada
Nos faltaron tantas cosas
que solo supimos construir con ellas
esta casa que hoy se llena de un nosotros