La historia oficial (1985) es el testimonio vívido, a veces insostenible, de la tragedia colectiva; el epitafio de un régimen que controla a los sujetos incluso después de su muerte.
¡Dictadura! Esta sencilla palabra parece activar automáticamente los más atávicos resortes culturales de nuestra mente. ¡Dictadura! Y de inmediato un torbellino de imágenes, sensaciones y emociones llenan nuestra cabeza: uniformes