Corría el año 1968 y Kubrick acababa de estrenar su obra de ciencia ficción 2001, una odisea en el espacio. Se puede decir que en ese momento Kubrick ya era
Allá por los años de la vanguardia europea, las máquinas fueron descubiertas por el cine experimental como un simple pretexto del que valerse para transmitir la pasión (y la antipatía)