Descubrí que era amazigh a los diecinueve años. [...] Lo de ser amazigh se dibuja de una forma difuminada, sin la fuerza y la claridad de todas esas identidades adquiridas.
Al principio lo único que podía hacer era mirar los edificios; las puertas metálicas; la construcción de los ascensores que parecían fabricados con cartón mojado; las fisuras infranqueables en las
Promised Land es una propuesta plástica sobre la memoria y sus imágenes, que se basa en interpretaciones contemporáneas a partir de los restos encontrados en los archivos. La desterritorialización surge