Desde el cielo, Marruecos se despliega en una amalgama de luces aleatorias. Sobrevuelo las tierras del Rif oriental. El avión se tambalea y algunos niños lloran y chillan.
Descubrí que era amazigh a los diecinueve años. [...] Lo de ser amazigh se dibuja de una forma difuminada, sin la fuerza y la claridad de todas esas identidades adquiridas.