«No hay duda, la realidad es ésta: si alguien riñe con toda clase de vicios y se lanza por el camino de una vida recta,
«Este mar, que había de reencontrar en tantas riberas, bañaba en Brest el extremo de la península armoricana; tras este cabo avanzado ya sólo
«Y ese es el último juramento que jamás podré hacer -pensó-, en cuanto pise tierra inglesa. Y no podré partirle la cabeza a un hombre o decirle que miente con
Ella dormía profundamente. Gabriel, apoyado en un codo, miró por un rato y sin resentimiento su pelo revuelto y su boca entreabierta, oyendo su respiración profunda. De manera que ella
«No depende de nosotros creer en Dios, pero sí el no hacer objeto de nuestro amor a falsos dioses. En primer lugar, no hay que creer que el porvenir sea
«Siempre ha sido así el pueblo: abierto y disoluto para el placer que no puede recibir sin deshonrarse, e insensible al daño y al dolor que puede sufrir honestamente. No
«A los dieciséis años, yo juzgaba a mis padres que vivían todo el tiempo con miedo de que algo pudiera torcer la carrera profesional de papá. Pensaba que eran unos
«Aquel día me intranquilizaba más que Bormann pudiera presentar a Hitler, con unas cuantas observaciones bien enfocadas, un artículo aparecido en el Observer inglés del 9 de abril de 1944
«El repulsivo engendro enmudeció y me miró fijamente esperando una respuesta. Pero yo me hallaba desorientado, perplejo, incapaz de ordenar mis pensamientos y comprender la trascendencia de aquello que me
«¿Cuántos «sacrificios» absurdos no hacemos todos al inmolar a la nada y al sueño tantas intenciones, tantos pensamientos, tanta generosidad? No estoy pensando en los «grandes asuntos», como nuestra vida,