Batman, la serie de televisión emitida en Estados Unidos por la cadena ABC entre 1966 y 1968, tuvo un impacto sobre la cultura popular del momento que aún hoy es perceptible en otras muchas creaciones, las cuales, habitualmente en clave de comedia, introducen guiños nostálgicos con los que rendirle homenaje. Quizá el mejor exponente de esta tendencia lo hallemos en Los Simpson, en cuya época dorada podemos detectar una clara devoción por la serie protagonizada por Adam West, que no dudó en hacer de la autoparodia una de sus señas de identidad.
La serie llevó a la televisión a la mayoría de los villanos clásicos de los cómics del murciélago, como el Joker o el Pingüino. Sin embargo, uno de sus más icónicos antagonistas quedó fuera de la producción, que cuenta con más de un centenar de episodios distribuidos a lo largo de tres temporadas. Hablamos de Dos Caras, anteriormente conocido como Harvey Dent, un exitoso fiscal del distrito que, tras verse desfigurado a causa de un terrible accidente, aparece dominado por la personalidad de un sociópata. Pero la nostalgia y un proyecto abortado proporcionarían la excusa perfecta para fantasear con semejante escenario.
La colección Batman ’66 -publicada por DC Comics-, fue lanzada en 2013 con el propósito de dar continuidad al universo de la serie en el formato que le había servido de inspiración: el tebeo. Fue así como se pudo abordar el trasvase de un guión perdido de la serie con Dos Caras como protagonista que contó con José Luis García-López como dibujante y Len Wein como responsable del guión.
El gran interés que reviste esta narración reside en su singular origen y posterior puesta en ejecución. La historia original fue ideada por el popular escritor de ciencia ficción Harlan Ellison, quien escribió el guión antes incluso del estreno de la serie en 1966. Con todo, el episodio no sólo no se emitiría, sino que ni siquiera llegaría a rodarse. Resulta bastante sorprendente que Batman dejara de lado a uno de los personajes más carismáticos de ese microuniverso que es la ciudad de Gotham cuando, al mismo tiempo, se creaban villanos ex profeso para la serie como el Rey Tut. Fue tarea de Wein y García-López adaptar una historia pensada para la televisión a los códigos de expresión del cómic, dos géneros emparentados que, sin embargo, poseen sus propias características definitorias. Así pues, los planos, fundidos, transiciones y secuencias de acción para los que fue concebida la historia hubieron de dejar paso al virtuosismo del dibujante de origen coruñés, responsable de moldear el guión que Wein, en calidad de amigo de Harlan Ellison, trasladó al lenguaje del cómic. Entre los méritos del primero se encuentra su particular visión de Dos Caras, que procuró alejar de la estética que le fuera conferida en Batman: la serie animada, de gran éxito en la década de 1990. La buena sintonía entre los autores es palpable en cada una de las páginas. En este sentido, Wein parece no exagerar al afirmar que «sería feliz si él [García-López] pudiera dibujar todo cuanto escriba».
La colección Grandes autores de Batman -publicada por ECC Ediciones-, recoge un conjunto de títulos con el álter ego de Bruce Wayne por protagonista que se han erigido en clásicos dentro de la prolongada trayectoria del personaje. El número titulado El episodio perdido -o Los dobles delitos de Dos Caras- nos brinda la oportunidad de conocer esta rara avis acompañada de toda una serie de extras -entre los que se incluyen el guión original de Ellison para televisión y una historia de Batman Black and White- que ahondan en la peculiar historia que la antecede.